En esta ocasión hablaré de un operativo realizado por una agencia norteamericana encargada, entre otras cosas, de controlar las armas fabricadas en Estados Unidos. A uno de sus directivos se le ocurrió un plan que sólo puedo calificar de dos formas: o demasiado brillante o demasiado estúpido. Ordenó a sus agentes dejar a los fabricantes de armamento trabajar tranquilamente para seguir el camino de las armas hacia México, parece que se olvido de planear como recuperar la mercancía. El escándalo salió a la luz pública a raíz del asesinato de un agente estadounidense dentro de territorio mexicano. Aquel crimen provocó que uno de sus colegas decidiera informarnos de aquella decisión fallida.
Me permito recomendarles a las autoridades norteamericanas que le hagan una prueba de inteligencia a ese directivo, si sale bien que lo metan a la cárcel porque seguramente está coludido con el crimen organizado, si sale mal que lo destituyan antes que se le ocurra otro operativo brillante.
