martes, 26 de octubre de 2010

26 octubre 2010

Estos últimos días el crimen organizado mexicano ha dado muestras de su poderío: su violencia desmedida y de que ha logrado infiltrarse hasta la médula en las instituciones que deberían protegernos.

Eran las once de la noche del viernes 22 de octubre, cuando un comando, una vez más, comenzó a disparar sus rifles de alto poder en contra de un grupo de personas, en su mayoría jóvenes, reunidos para festejar un cumpleaños en un domicilio particular de Ciudad Juárez. Entre las víctimas mortales se encuentran niños de nueve años. La única explicación lógica que encontré fue la de un editorialista que afirmó que los cárteles utilizan a jóvenes con una total falta de valores, y con armamento automático, para llevar a cabo sus venganzas.

El otro hecho se llevó a cabo el domingo en Tijuana: otra masacre en un centro de rehabilitación para adictos cobró la vida de trece sujetos. Poco después, en la frecuencia de radio policíaca se escuchó la amenaza: matarían una persona por cada tonelada de mariguana decomisada el lunes de la semana pasada en aquella ciudad fronteriza.

Por último, ayer apareció un video en internet donde aparece el hermano de la que fuera procuradora de justicia en Chihuahua. Pero de este asunto hablaré mañana.

Comienzo a sospechar que a la justicia mexicana la mantienen dormida utilizando anestésicos potentes y muy costosos.

2 comentarios:

  1. Que doloroso es leer y oir que matan a jóvenes y niños de nuestro País. Maye

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  2. Cuantos jóvenes llevan en este año muertos de esa manera?

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