martes, 2 de enero de 2018

Realidades compartidas

Con esta entrada trataré de retomar la costumbre de publicar en este espacio cada martes un breve texto para contribuir a una sana cultura de la discapacidad, libre de prejuicios, estigmas y estereotipos
que persisten en nuestras sociedades; dificultando así la plena inclusión de las personas con discapacidad. 

Hace algún tiempo, un amigo me mando una liga a un reportaje de televisión acerca de un joven residente de la ciudad de Monterrey, Nuevo León. El mensaje con la liga venía acompañado por algo así como: “me recordó mucho a ti”. En efecto aquel muchacho y yo en ese momento teníamos múltiples semejanzas; la más evidente era nuestro tipo de discapacidad motora, además ambos controlábamos nuestras respectivas computadoras con un  pie y periódicamente publicábamos textos en internet contando como es vivir con una discapacidad motora severa.

Lamentablemente cuando descubrí su sitio de internet él ya había dejado de publicar. Esto no impidió que leyera casi todo lo que había subido. Cada lectura para mí era una experiencia difícil de describir, porque en la mayoría de las ocasiones me sentía demasiado identificado con lo que ahí narraba; incluso llegaba un momento que tenía que dejar de leer aquellos textos para evitar tener una catástrofe emocional.

Desde las complicaciones para tener una cita romántica, pasando por la necesidad de que las personas tengan la paciencia y el tiempo suficientes para poder entender lo que les decimos y así ser capaces de construir una sólida amistad; así como el misterioso hecho de que en las fiestas casi siempre una persona asume el rol de cuidador designado con la responsabilidad de asistirnos durante toda la reunión,  hasta tener que experimentar el rechazo velado o abierto de algunas personas que no están acostumbradas ni dispuestas a convivir con alguien con discapacidad. 

Los anteriores aspectos de la realidad los comparto con Adrián Ponce y probablemente con muchos otros jóvenes con discapacidad motora, lo que me motiva a seguir luchando para construir una sociedad verdaderamente incluyente.  



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