martes, 24 de julio de 2012

No al autoritarismo


En estos días escuche a un académico de la Universidad Autónoma Metropolitana(UAM), especialista en el sistema educativo mexicano, intentaba explicar porque la calificación mínima para obtener una plaza de docente era de 30 puntos de 100 posibles, y cual era la razón de que el 80% de los aspirantes a ingresar al magisterio mexicano, habían logrado responder menos de 50 preguntas correctamente. La explicación que dio, se puede sintetizar, afirmando que los dos últimos gobiernos mexicanos optaron por no confrontarse con el sindicato nacional de trabajadores de la educación, por lo tanto esta agrupación laboral fue tomando cada vez más poder hasta que prácticamente es capaz de definir las políticas educativas, que se implementan en mi país.
  Lo que me llamo más la atención fue que el académico de la UAM,  manifestó que había una posibilidad de que el casi inevitable gobierno de Peña Nieto, pueda retomar el control de la Secretaría de Educación Pública, actualmente en manos de la maestra Elba Esther Gordillo. La anterior afirmación en mi opinión es una muestra de que muchos mexicanos tienen la esperanza de que el PRI, con sus prácticas autoritarias retome algunas áreas de responsabilidad que el PAN dejó en manos de otros actores ajenos al Estado mexicano. Es decir, creo que un sector de la población esconde una añoranza por el pasado, donde un solo partido político tenía el suficiente poder para controlar prácticamente todos los aspectos de la vida pública mexicana. 
  Sin duda esto no concuerda con los ideales democráticos que compartimos los integrantes de otro sector los cuales repudiamos el autoritarismo, como forma de gobierno.  

1 comentario:

  1. A estas alturas, quien se atreva a obligar a al SNTE a que se pongan a estudiar... Dios sabe cuantas plazas son heredadas y lo peor, que son gente que no tiene ni la preparacion ni la vocacion de ser educador...Tenemos gente en la familia que se jacta de ser "educadora" y escriben con unas faltas de ortografia que hasta duele la cabeza.

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