martes, 30 de noviembre de 2010

Los secretos por algo son secretos

Creo que el fundador y director de Wikileaks, al difundir los documentos clasificados del gobierno norteamericano no le importó las consecuencias que acarrearía; lo único que le importa es su propio beneficio. Se protege bajo la excusa de que los ciudadanos del mundo entero tenemos derecho a la información. Estoy de acuerdo con este principio, pero lo que digo es que las cuestiones de seguridad nacional y de diplomacia son como armas, que en las manos equivocadas pueden ser muy peligrosas. Por ejemplo: la información acerca de que China estaría dispuesta a aceptar una Corea unida siempre y cuando el nuevo gobierno no afecte sus intereses, acabó con la posibilidad de que el gigante asiático no apoyara al régimen comunista en un eventual conflicto armado.
Las decisiones de los líderes mundiales afectan a un gran número de personas y no pueden estar bajo presiones mediáticas.
Sin embargo, cuando un periodista se da cuenta de irregularidades graves, tiene el deber moral de denunciarlas ante la opinión pública, pero lo que hizo Wikileaks se me hace una irresponsabilidad.

1 comentario:

  1. a mi lo que me extraña es que mucha gente no se sintio sorprendida de la informacion "filtrada". A mi eso es lo que mas me asusta... que perdamos el poder de admiracion o de sorprendernos de algo que aunque sea, por ilusion, no fuera cierto.
    Saludos!

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