"Como si Dios no existiera". Con esta frase dicha por el obispo de Morelia, se puede resumir los días sangrientos que ha vivido México, provocados por la descomposición social, que ha llevado a que 18 hombres sean enterrados vivos por el simple hecho de vivir en tierra de un cártel enemigo. Esta información la sabemos, no por las investigaciones de las autoridades correspondientes, si no por videos subidos por sicarios, quienes hacen confesar a base de torturas a sus pares enemigos.
También ha llevado a la clase política mexicana a proteger a delincuentes, como Mario Marín, Arturo Montiel, y Julio César Godoy, entre otros, simplemente para su beneficio.
En Colombia, está situación se acabó hasta que los políticos se sintieron vulnerables al igual que los demás ciudadanos.
¿Tendrán que pasar cosas tan terribles como la muerte de la mitad de los ministros de la Suprema Corte en un atentado, para que comiencen la autolimpieza?
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