martes, 4 de abril de 2017

Donald y Nicolás

Estos días el presidente estadounidense Donald y su homólogo venezolano Nicolás han visto sus ambiciones autoritarias derrotadas por un sistema diseñado en el siglo XVIII, el cual establece fundamentalmente que el poder del Estado debe estar dividido en tres ramas: la Ejecutiva, la Legislativa y la Judicial; cada una en el mismo nivel de importancia, de tal manera que actúen como contrapesos entre si.

El presidente Donald a pesar de que ha hecho esfuerzos considerables para evitar que ciudadanos de naciones predominantemente musulmanas puedan ingresar a territorio estadounidense, no lo ha logrado porque la rama Judicial, a través de decisiones de dos jueces considera que va en contra de la Constitución estadounidense negar la entrada a personas solo por su nacionalidad.

Donald tampoco pudo derogar la ley conocida como Obamacare, debido a que no pudo obtener el apoyo suficiente en la cámara de representantes evidenciando así su falta de capacidad para negociar. Sin duda los llamados Padres Fundadores deben estar orgullosos del sistema de pesos y contrapesos, basado en la teoría de la División de Poderes, que diseñaron con el propósito de evitar que cualquiera de las tres ramas pudiera imponer su voluntad ante las otras dos.

Nicolás Probablemente experimento un sentimiento de impotencia parecido al de Donald cuando se vio obligado a solicitarle al Tribunal Supremo de Justicia que anulara las sentencias que le quitaban todas sus atribuciones y la inmunidad parlamentaria a los legisladores venezolanos. Esta decisión fue tomada gracias a la presión interna e internacional provocada por la evidente ruptura del orden constitucional en Venezuela, derivada del fallido intento de desaparecer la rama Legislativa contemplada en la Constitución política de la República Bolivariana de Venezuela.


Los hechos aquí narrados muestran que Donald y Nicolás a pesar del aparente inmenso poder que presumen tener no han podido romper un sistema diseñado hace 300 años para evitar abusos.

1 comentario:

  1. Me gustó como al nombrarlos por su nombre de pila también le quitas autoridad a estos presidentes.

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