viernes, 8 de marzo de 2019

Me resisto . . .


Escribo estas líneas en un momento donde el gobierno federal mexicano amenaza con desaparecer al Consejo Nacional para el Desarrollo y la Inclusión de las Personas con Discapacidad (CONADIS), el único órgano del estado encargado por ley de proteger y promover nuestros derechos fundamentales. Como persona con discapacidad suscribo muchas de las críticas que se le han hecho al Consejo, entre ellas destaco, un aparente desfase entre nuestras necesidades y las acciones emprendidas por este órgano. Sin embargo, su extinción significaría un gran retroceso en la construcción de una cultura y un país incluyente, donde se respeten y valoren nuestras diferencias; donde podamos desarrollar al máximo nuestro potencial y donde nuestras relaciones interpersonales puedan establecerse en un entorno libre de prejuicios hacia nuestra condición de vida. 

Me resisto a aceptar que la política pública emblemática del actual gobierno mexicano para atender la temática de la discapacidad refuerce el asistencialismo, en lugar de favorecer nuestra plena inclusión.

Me resisto a admitir que la política mexicana regrese a la época del clientelismo, en la cual el gobierno otorga recursos económicos a ciertos sectores sociales, exigiendo o esperando a cambio el apoyo en las urnas.

Me resisto a asumir que la discapacidad siga siendo vista y tratada como algo que se sufre impidiéndonos naturalmente nuestro desarrollo integral. 


Espero que la sociedad civil organizada sea capaz de detener la intención de desaparecer al CONADIS, y con ello volver a hacer invisible la temática de la discapacidad, y de nuestra plena inclusión social.     

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