Hace algunos días recibí un mensaje de Ivan, un niño pequeño; me preguntó ¿de que estaba enfermo? Esta situación es un claro ejemplo de una barrera social que las personas con discapacidad enfrentamos cotidianamente; en nuestras sociedades, enfermedad y discapacidad todavía son consideradas como sinónimos, por lo tanto desde pequeño nos inculcan la anterior confusión de ambos conceptos. En el 2014 di una charla a estudiantes de Ingeniería Biomédica de la Universidad de Guadalajara, en la que explicaba que para mí la diferencia entre enfermedad y discapacidad es que la primera es una situación de salud que generalmente se puede curar o controlar, en cambio la discapacidad es una condición que no desaparece, se puede y se debe asumir como una característica propia de algunas personas.
¿Cómo explicarle lo anterior a un niño que ya tiene interiorizada la confusión entre enfermedad y discapacidad? Si los expertos en educación contestan está pregunta y la respuesta se aplica en las escuelas de nivel básico, daríamos un gran paso para lograr la plena inclusión social de las personas con discapacidad.
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