Ayer no pude dormir bien, por lo que la calidad de esta entrada no está garantizada. La razón de mi insomnio fue porque adquirí una computadora nueva, en la cual los programas de asistencia que he utilizado por más de una década ya no funcionan, por lo tanto enfrentaría uno de mis miedos más arraigados: el temor al cambio.
¿Qué tal si con la transición a la nueva computadora pierdo la autonomía plena?
La ansiedad que me provocaba esta pregunta no me permitía caer en los brazos de Morfeo. Por supuesto que realice la debida investigación sobre las herramientas de accesibilidad que Apple diseñó para los sistemas operativos más recientes, por lo que la parte racional de mi mente estaba segura de que con un periodo de entrenamiento podía usar la nueva Mac con el mismos nivel de libertad. Sin embargo, la parte temerosa ganaba las discusiones nocturnas argumentando que lo que había leído podía ser publicidad engañosa. Únicamente pude acallar esas discusiones imaginarias con el ruido de un noticiero televisivo matutino.
Cuando por fin pude conocer las opciones de accesibilidad constaté que eran similares a las que he utilizado por 20 años: una serie de iconos que al activarlos a través de un recorrido automático hacen cualquier acción y así controlar toda la computadora con tan solo apretar un botón ubicado a lado de mi pie derecho.
A los 7 años cuando tuve mi primera laptop tardaba 45 minutos para escribir “hola”, espero que en esta ocasión la curva de aprendizaje sea mucho menos pronunciada.
Es una forma clara de ver el reto al cambio. Change is good... estoy segura que encontraras plataformas que te permitan realizar tu trabajo de una manera mas eficiente y sobre todo, que te haga sentir contento y motivado para seguir trabajando!
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