El título de está entrada se refiere a una técnica para pensar posibles condiciones o escenarios y así diseñar estrategias para lograr que se concrete el escenario deseado, o bien prepararse para enfrentar los escenarios menos favorables.
Aparentemente el gobierno mexicano ante la eminente llegada de Donald a la oficina Oval, está estableciendo estrategias basadas en un único escenario posible, donde el próximo presidente estadounidense controle o sea obligado a olvidar sus impulsos racistas y nacionalistas tan peligrosos para el bienestar de millones de mexicanos que viven en ambos lados de la frontera y para la economía mexicana. Para que este escenario se pudiera hacer realidad sería necesario que las empresas, organizaciones no gubernamentales y otros actores de la política estadounidense ejerzan una fuerte y constante presión que orille a Donald a no cumplir con sus promesas de campaña antimexicanas.
Otro posible escenario es que el nuevo inquilino de la Casa Blanca junto a su equipo de conservadores radicales intenten cumplir por lo menos algunas medidas para satisfacer a las personas que lo eligieron. Una de estas medidas puede concretarse con una deportación masiva de personas indocumentadas.
El escenario menos favorable para México tendría lugar si el próximo presidente de los Estados Unidos pudiera materializar las tres promesas de campaña antimexicanas: la construcción de un “hermoso” muro en la frontera pagado con recursos mexicanos, la renegociación o derogación del Tratado de Libre Comercio de America del Norte y la deportación de por lo menos 3 millones de personas indocumentadas con cualquier antecedente penal.
En mi opinión el gobierno mexicano puede y debe estar preparado para enfrentar por lo menos los tres escenarios aquí esbozados, de lo contrario el futuro nos va alcanzar aunque se siga apostando que algo que se ve como pato, camina como pato, habla como pato, no es un pato.
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