Fechas como hoy me quitan la inspiración, porque pienso que escribiré reclamos generalizados o cursilerías, según el estado sentimental por el que esté atravesando. A pesar de lo anterior intentaré redactar las siguientes líneas sobre la amistad y la discapacidad.
Recuerdo que la poeta Gaby Brimmer tenía la idea de que para las personas con discapacidad era difícil establecer verdaderas amistades, por lo tanto cuando lo conseguimos guardamos aquella amistad como si fuera un tesoro. Concuerdo con esta apreciación; es complicado encontrar a personas que puedan romper los prejuicios y estereotipos socialmente impuestos hacia la discapacidad, esto es indispensable porque si no se logra la amistad estará fundamentada en falsas premisas, impidiendo así que las personas puedan conocerse realmente.
Una vez que la amistad está establecida tenemos que encontrar maneras para evitar que la discapacidad con sus desventajas logísticas se vuelva un obstáculo infranqueable. Para lo anterior ayudaría que la infraestructura de nuestras ciudades, particularmente el transporte público y las calles fueran verdaderamente accesibles y dejaran de ser obstáculos para sillas de ruedas, bastones, perros de asistencia y demás complementos.
Debido a mi personalidad reservada un número reducido de personas han podido ofrecerme su amistad, aprovecho este espacio para agradecerles su paciencia, su alegría, su lealtad y su esfuerzo.
Querido Matías. Comienzo a conocerte y ni la distancia ni los obstáculos que puedan presentarse por tu forma de vida allá y la mía acá, frenarán mi interés en, si me lo permites, estar cerca de ti, para compartir contigo, desde lo cotidiano de una plática relajada, desde lo académico y el debate de opiniones que sé que te gusta (que ahí me darás seguro tres vueltas) y desde el corazón. Valoraré que me des la oportunidad de estar siempre cerca y ten por seguro de que todo lo que yo pueda hacer por contribuir a que logres cada una de tus nuevas metas, lo haré. Comienza a contar con una nueva amiga Matías. La confianza se irá dando, pero te aseguro, que puedes confiar en mí. Gracias por abrirnos tu casa y parte de tu historia. Un abrazo muy fuete. "Abachobecho", digo yo (porque lleva beso incluido).
ResponderEliminarQuerido Matias, me siento orgullosa, muy orgullosa de ser tu tia y tu amiga. Te considero una persona especial en mi vida y agradezco que me des la oportunidad de ser parte de tu vida. Te quiero y te extraño desde estos lares.
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