Como lo prometí, hoy volveré a mis actividades normales. Una de ellas es tratar de escribir todos los días hábiles algo inteligente en este blog, en ocasiones no lo logro pero lo que cuenta es la intención.
Eran las 10 de la mañana del sábado 8 de enero, una congresista norteamericana empezaba una reunión con sus electores afuera de un supermercado. Un sujeto le apuntó a la cabeza y comenzó a disparar su arma semiautomática, el saldo fue de cinco muertos y alrededor de quince heridos.
Pude ver una conferencia de prensa con las autoridades involucradas en la investigación del caso. Me fue inevitable imaginar lo que hubiera pasado si en México pasara lo mismo. Llegué a la siguientes conclusiones: el tirador no encontraría fácil hallar a una diputada en un acto público, a menos que estuviera en campaña; supongamos que la representante por una extraña razón decidiera que escucharía de primera mano los problemas de los habitantes de su distrito, el tirador quizá se hubiera visto intimidado por los escoltas que evitarían a toda costa que la diputada tuviera contacto físico con los ciudadanos; suponiendo que el hecho fuera consumado, y que las autoridades lograran arrestar al asesino, de inmediato convocarían a los medios para presentarlo confesando todo; al final un juez lo liberaría por falta de pruebas.
Las autoridades de Arizona evitaron dar detalles de la investigación hasta tener elementos suficientes para poder presentar un caso sólido ante la corte.
asi es. Los Congresistas mexicanos solo "trabajan" desde sus asientos, bien calientitos...y al juez, liberandolo de toda culpa por flojera de procesarlo... asi es esto de triste.
ResponderEliminarPor otro lado, te imaginas que hubiera (que dice que el hubiera no existe) pasado si el que disparo fuera de origen hispano??? Dios nos agarre confesados!