Cuerpos brotando de la tierra

Como si fueran una nueva clase de tubérculos, las autoridades Mexicanas siguen cosechando cadáveres de seres humanos, enterrados en parajes desérticos ubicados al norte del país. La cuenta va en más de 200 muertos.

El principal yacimiento se encontró en el Municipio de San Fernando, Tamaulipas, donde hace ocho meses se hallaron 75 migrantes centroamericanos en las mismas condiciones que los actuales cuerpos.

La hipótesis más lógica, a mi juicio, es la que afirma que Los Zetas cobran a las líneas de autobuses, que quieran pasar por su territorio, un derecho de paso. Si se niegan a pagar, un comando detiene al autobús y secuestran a la mayoría de pasajeros para intentar cobrar un rescate y, si no lo consiguen, los mandan a la fosa.

Como ya es habitual, al estallar el escándalo las Fuerzas Federales de inmediato presentaron a los presuntos culpables de estas ejecuciones masivas, me pregunto si dentro de ocho meses vuelve a aparecer otra cosecha, ¿volverán a capturar a los mismos sicarios? Ya sería el colmo.

Un chivo expiatorio más

Me temo que el calor me ha evaporado las ideas, sin embargo, intentaré escribir.

El poeta sigue luchando por encontrar a los asesinos de su hijo, ha convocado a una marcha de Cuernavaca hasta el Zócalo de la Ciudad de México para exigir a la justicia mexicana que despierte de su largo sueño.

Las autoridades están dando patadas de ahogado; presentaron a un sujeto cuyo rostro tenía marcas de golpes. Este declaró, ante un seleccionado grupo de periodistas, que él había colaborado en el secuestro de cuatro muchachos en el bar "La Crudelia". Aquella declaración fue suficiente para que las autoridades anunciaran que habían capturado a uno de los asesinos del hijo del poeta. El abogado de la familia, quien al parecer sí realizó el trabajo de investigación, en una breve entrevista tiró la historia oficial argumentando que tenía pruebas suficientes para afirmar que el secuestro se llevó acabó en otro local muy alejado de "La Crudelia", además estaba seguro de que los delincuentes se llevaron a los siete muchachos que luego aparecieron muertos en una carretera de Morelos.

Me puedo imaginar a un Comandante del ejército ordenándoles a sus hombres que buscaran a un chivo expiatorio, lo más rápido posible, pensando que con aquella acción sería gratificado.

Una semana después

¿Me extrañaban?, porque yo sí.

Esta semana comencé el curso necesario para ingresar a la Universidad Nacional Autónoma de México en su modalidad a distancia, a pesar que la mayoría de mi tiempo ahora lo dedico a estudiar, guardé un espacio para mantenerme informado.

En estos días he visto a un padre que, a pesar de su dolor por la pérdida de su hijo a manos de desconocidos, tuvo el valor de utilizar su fama como poeta para encabezar un movimiento por la paz y la justicia. Cuatro simples palabras definen su lucha: dignidad, paz, justicia, concordia. Creo que todos los mexicanos deberíamos reunirnos a este reclamo.

He decidido que los viernes decansaré del estudio, para poder redactar una entrada semanal, nos leemos el próximo viernes.

Estado fallido

Un legislador norteamericano propuso declarar a la mayoría de los cárteles de la droga mexicanos como organizaciones terroristas, el mismo status que tiene Al Qaeda. Aquella medida permite confiscar los bienes relacionados con las organizaciones criminales, además, aumenta la pena a los delincuentes que colaboran con éstas. Me parece una medida correcta, también creo que mi país debió de comenzar la lucha de la misma forma, quitándole los fondos económicos a los narcotraficantes, investigando las empresas que lavan el dinero y castigando a los responsables. En vez de ello, mi presidente se lanzó a la guerra, rebajándose al nivel de los sicarios. Ordenó utilizar la fuerza bruta del Estado en vez de usar la inteligencia de los mexicanos. Aquella decisión ha llevado a una crisis de seguridad que provoca la percepción de que México está a punto de convertirse en un Estado fallido, donde el monopolio de la fuerza ya no lo tiene el Estado, ahora es compartido con adolescentes fuertemente armados sin valores morales.

Creo que está entrada la utilizaré en una de mis tareas de la Universidad.